Arce Ibáñez, Pedro de (1560 - 16. 10. 1645)


Nació en Catadiano (Álava) en 1560 y fue hijo de Juan de Arce y María Ibáñez. Estudió Derecho en la Universidad de Salamanca y en el convento de San Agustín de aquella ciudad ingresó como novicio, pronunciando sus votos religiosos el 26 de junio de 1579.

Salió desde el Puerto de Sanlúcar de Barrameda el 11 de junio de 1580 con destino al archipiélago filipino. En el cenobio manileño concluyó sus estudios eclesiásticos y se ordenó de presbítero siendo, según nuestro parecer, uno de los primeros o el primero de los ordenados en las islas Filipinas, pues llegó con el primer obispo de las mismas, el dominico Fr. Domingo de Salazar.

Su primer destino fue asignarle como conventual de Panay y después Vicario de Jaro (1584). Regentó además los prioratos de Panay (1587), Cebú (1588), Oton (1593) y Manila (1599). Finalmente alcanzó el cargo de Superior Provincial de Filipinas (1602). En contra de la costumbre tradicional de dejar al Provincial saliente en el convento de Manila o en alguna casa próxima a esta ciudad, su sucesor Fr. Lorenzo de León lo destinó como residente al convento del Santo Niño de Cebú, donde destacó por su intervención en sofocar el alzamiento de los japoneses contra los españoles. La Congregación Intermedia de 1606 depuso al Provincial P. Lorenzo de León y le confió nuevamente las riendas de la Provincia al nombrarle Rector Provincial hasta 1608, en que fue nominado por segunda vez Prior de Cebú.

Sus méritos como Provincial y sus buenos servicios ante el alzamiento de los japoneses contra los españoles aprovechando la ausencia del Gobernador Pedro Bravo de Acuña, que se encontraba en el Maluco, le sirvieron para ser presentado para la mitra de Camarines, que permutó con el franciscano P. Pedro Matías que había sido nombrado para prelado de Cebú. El trueque fue acertado por haber sido el P. Pedro de Arce durante varios años misionero en las islas visayas. Desde 1613 se hizo cargo de aquella diócesis, cuyas necesidades eran muchas y su pobreza superlativa, de tal manera que su catedral aún en 1626, según testimonio del propio obispo, carecía de lo más necesario como ornamentos y libros cantores, y por la escasez de clero tenía el obispo que acudir en persona a sacramentar.

El 1616 entró a gobernar la Archidiócesis de Manila, sede vacante, hasta el 23 de julio de 1620, fecha en que tomó posesión el agustino Fr. Miguel García Serrano. Tras su fallecimiento en 1629, el P. Pedro de Arce volvió por segunda vez a ejercer como Gobernador Eclesiástico de la Silla Metropolitana hasta el 15 de octubre de 1635, que fue consagrado el agustino Fr. Hernando Guerrero. Por último, tras su óbito en 1641, el Cabildo acudió a él, pero con suma delicadeza declinó la invitación pues sus muchos años y achaques le imposibilitaban para desempeñar tal responsabilidad. Uno de los conflictos que tuvo que solucionar durante su oficio de Gobernador Eclesiástico de Manila fue el asesinato del Provincial agustino Fray Vicente de Sepúlveda, ocurrido el 1 de agosto de 1617. Las banderías entre peninsulares y criollos culminaron en tan fatal desenlace. Para esclarecer los hechos fijó su residencia en el convento de San Agustín para que su presencia y autoridad evitaran nuevos enfrentamientos. Luego dictó sentencia degradando a los tres reos y entregándolos al brazo secular, que los condenó a la horca. Mejor recuerdo le dejaron sus buenas relaciones con las distintas Órdenes religiosas de franciscanos, dominicos y agustinos recoletos, informando favorablemente de sus actividades y ponderando sus frutos evangelizadores.

Su bondad de carácter dejó huella en sus feligreses cuando ‘falleció con grandes muestras de santidad el 16 de octubre de 1645, a los ochenta y cinco años de edad y treinta y cuatro de obispo, siendo sepultado en la iglesia del Santo Niño de Cebú, en el presbiterio, al lado de la Epístola’.

Conocemos de él unas 57 cartas, informes y memoriales, algunos inéditos y otros editados en publicaciones de historia filipina.

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J. Álvarez Fernández