MADRID - San Manuel y San Benito


(Columela, 12 – 28001 MADRID – ESPAÑA)

... esta casa les llovió del cielo a los agustinos de la Provincia del Santísimo Nombre de Jesús de Filipinas cuando, a principios del siglo XX, andaban buscando cobijo. En Madrid no solían tener más que un Comisario ante la Corte para procurar los asuntos que con ella habitualmente ventilaban, mientras que el Prior provincial vivía en las islas que daban nombre a su demarcación religiosa. Si la expulsión de Filipinas les obligó a emigrar a otras tierras incluyendo España, por el mismo motivo convenía que el Prior provincial residiera en la capital del Reino. Por el 1901, año en que comenzó a tomar forma la fundación San Manuel y San Benito, se alojaban en una parte del convento de agustinas de la calle Porlier, dando a Goya. Como aquello, además de ser ajeno, resultaba estrecho, hicieron gestiones para adquirir San Ignacio en la calle Príncipe, o la Iglesia de las Calatravas en Alcalá, o también el edificio del número 15 de la vecina calle Lagasca. Ningún trato se había consolidado cuando en el mencionado año de 1901 D. Francisco Tobar y Vitón, notario de Dª. Benita Maurici y Gaurán, viuda de D. Manuel Caviglioli y Manau (t 20-11-1901) se personó en la residencia de Porlier buscando a los PP. Lobo, Fito o Font para hacerles un sustancioso ofrecimiento en nombre de su cliente. ... Dª. Benita deseaba levantar la fundación Caviglioli, consistente en una iglesia, una residencia aneja y algunas salas para dar enseñanza gratuita a personas de escasas posibilidades económicas. Por qué se dirigió a los agustinos no está definitivamente averiguado. Martínez Noval no lo sabe razonar totalmente en su Apuntes, y en esto él es toda una autoridad en el tema, y a quien hay que copiar. Pasó de esto un año hasta que se volviera a mover el asunto. Fue en octubre de 1902 cuando prosiguieron las gestiones y convenios, ya que tampoco se puede decir que se tratara de un regalo sin gravámenes. Los poderes de parte de los agustinos los tenía el P. Salvador Font. En diciembre del mismo año por escritura pública, la dama interesada consignaba promesa de donación a los agustinos. Para la fiesta de Santa Mónica en el mes de mayo del año siguiente se marcó la colocación de la primera piedra para la iglesia del «Redentor" (y quizá de «San Benito"). El obispo de Madrid, Mons. Guisasola, más tarde cardenal, dio largas a una completa autorización del proyecto, mientras que su sucesor desde 1905, D. José María Salvador y Barrera fue más obsequioso con lo que se le pedía. En el acta levantada el mencionado 4 de mayo se acredita que estuvieron presentes D.a Benita Maurici y el P. Font, ... que se bendijo la obra, según el ritual, quedando elegido el sitio para construir la «iglesia del Redentor», actuando el P. Bernardino Nozaleda, arzobispo dimisionario de Manila, de la Orden de Predicadores, por delegación de Mons. Guisasola. En el lugar apropiado se metieron periódicos del día, el número más reciente de España y América y varias monedas. Asistieron muchas personas a los ritos; por citar algunas, el gobernador de Madrid, D. José Sánchez Guerra; el P. Lobo, provincial; D. Angel Ossorio y Gallardo, teniente alcalde del distrito; los PP. José Laviana y Bernardo Martínez; D. Fernando Arbós y Tremantí, arquitecto que consagró su nombre con estos edificios; las presidentas de los talleres de Santa Rita, etc. La promesa de donación se hizo firme por documento firmado el 18 de marzo de 1904 en el que constan además las cargas que pesarán sobre los receptores de la donación, como eran: tener culto diario en la iglesia con la mayor dignidad posible, celebrar funerales por el matrimonio donante, dar clases para la instrucción de la clase obrera, ejecutar los enterramientos de D. Manuel y Doña Benita, y conservar en buen estado todo el conjunto. ... Según certificado del arquitecto, Arbós y Tremantí, la superficie total era y es de 2.188 m2 (28.188 pies cuadrados); la iglesia, incluyendo valla, jardines y pasillo que comunica con la residencia, ocupa 1.483 m2 (19.107 pies cuadrados), quedando 705 m2 para ésta. ... El mármol de la capilla de los fundadores es de Carrara; el piso de las dos capillas más el presbiterio fueron siempre de mármol, mientras el resto iba entarimado con parquet, formando dibujo, fijado éste en otro de pino, que a su vez posaba sobre hormigón. El órgano lo construyó la casa Walcker, de Stuttgart, con 28 registros y motor eléctrico. Las vidrieras decoradas con vidrios de catedral, van montadas sobre bastidores de hierro y se pueden abrir, todas las que son alcanzables. Las cubiertas, tanto las de la cúpula como la de la torre, son de cobre. El estilo de la iglesia, neobizantino, fue muy discutido como edificio y como lugar de oración. ... Lo cierto es que el original arquitecto encontró la manera de aislar la iglesia, en un espacio más bien reducido, de las construcciones adyacentes, utilizando colores y formas que sosiegan el espíritu.

Doña Benita falleció el 4 de junio de 1904; el P. Salvador Font el 9 de diciembre de 1908 y la Iglesia de San Manuel y San Benito (que sin duda en atención a sus fundadores perdió lamentablemente el título de el «Redentor») se abrió al público el primer día del año 1911. La víspera había sido consagrada por el P. Valdés, obispo agustino de Salamanca; asistió el Nuncio del Papa en España; Mons. Nozaleda, que había sido arzobispo de Manila; Mons. Salvador y Barreda, de la diócesis madrileña, y el obispo de Pamplona, P. José López. (El 30 de noviembre de 1921 también recibiría la misión episcopal en aquel grandioso marco un testigo cualificado de todos estos sucesos, el P. Martínez Noval). Las clases para obreros empezaron con solemnidad el 3 de febrero de 1911. En cuanto a los asistentes «se prescinde de ideas con tal de que los educandos no las exterioricen en las clases ni en cualquier otro punto del establecimiento». En aquellas aulas se explicaba gramática castellana, geografía, historia, aritmética, geometría, dibujo, escritura, francés, inglés, técnica agrícola e industrial, temas prácticos para obreros y, naturalmente, religión y moral. Lo referente al culto y asociaciones religiosas resultaría prolijo enumerarlo; quizá los Talleres de Santa Rita de Casia para confeccionar ropa y ayudar a personas necesitadas sea la obra más digna de mención entre las crecidas en torno a San Manuel y San Benito. Añádase que pronto fue residencia provincial y sede de las revistas España y América y Religión y Cultura hasta 1936. ...

Por acuerdo interprovincial del 15 de septiembre de 1926 los agustinos de la provincia de «Filipinas» cedieron este complejo a la recién creada provincia de España. En los años sucesivos todo discurrió por moldes parecidos a los de 1911, hasta que la guerra civil transformó desde la base el ambiente de San Manuel y San Benito, y gracias que se puede contar; ocupadas las dos partes del inmueble por jefaturas revolucionarias, dedicaron a vivienda los pisos altos, a talleres y suministros los salones y sótanos, y a almacén para la Junta del Tesoro Artístico toda la iglesia. Desapareció la sillería de nogal, la cajonería de la sacristía, los confesionarios, una tercera parte de los bancos y la mayor parte de la madera. Como contrapartida, no hubo grandes desperfectos ni en la iglesia ni en la casa. Dejaron menaje para más de cien personas, una imprenta que nunca funcionó, y piras de objetos y libros de otras bibliotecas, mientras los propios reposaban en la Nacional. Apenas terminó la guerra, el P. provincial y otros Padres se posesionaron de su casa, se remangaron para hacer limpieza, ordenar las salas y habitaciones, recibir a quienes venían buscando sus enseres o libros, y, sobre todo, para restablecer el servicio litúrgico en la iglesia, cosa que se hizo muy pronto. El P. Eusebio Negrete señala con bastante precisión los gastos de reacondicionamiento y la habilidad manifiesta del P. Atilano Álvarez en reparar tantas averías de todo género. Obras de gran envergadura se han ejecutado después; baste mencionar la limpieza y reparación de la iglesia en 1975 y la nueva disposición de la vivienda de 1984.

(Tomado de Mier Vélez, Antonio de, Tabula officiorum, Madrid 1985.)

BIBLIOGRAFÍA:

MARTÍNEZ NOVAL, Bernardo, Apuntes históricos de la provincia del Santísimo nombre de Jesús. España, Madrid 1920.

LUNA GARCÍA, Pablo, Provincia Agustiniana del Santísimo Nombre de Jesús de España. 75 años, Madrid 2002.