Encina Válgoma, Francisco de la (6.1721 - 14.7.1760)


Berciano, de Ponferrada (León) e hijo de Diego y Ángela Válgoma, parroquianos de Nª Sª de la Encina, donde le bautizaron el 22 de junio de 1721.

Ingresó en la provincia de Castilla en el convento de Nuestra Señora del Risco de Villatoro (Ávila) y, siendo aún novicio, se alistó para las misiones de Filipinas. La reseña que le hicieron en la Casa de Contratación el 4 de noviembre de 1737 lo describía como “corista, de Ponferrada, ob. de Astorga, de 17 años; C.P., ojos chicos, cejas arqueadas”. En México hizo su profesión solemne el 15 de mayo de 1738 y llegó a Manila el 5 de septiembre de 1739.

Concluida su formación fue destinado a la Pampanga. Aquí administró los pueblos de Santor (1745), Gapan (1747), Arayat (1748) y Apalit (1750), donde “por defender la inmunidad eclesiástica y amparar a los indios de Apalit sufrió pleitos y pesadumbres que le armaba Baltasar de Cuenca, quien no paró hasta desterrarle de la provincia y echarle a los montes lejanos de Bisayas. Pero no por eso se acobardó ni intimidó, sino que, como siervo fiel, prosiguió en defender a los pobres indios, en administrarlos cariñosamente en lo espiritual y en lo temporal, y librarlos de las garras del león que les quería despedazar (como acostumbran casi todos los alcaldes)”, según relata el P. Agustín María de Castro.

Ante estos lances los superiores le trasladaron primero a Manila y en 1753 a la isla de Cebú, a los pueblos de Opong (1755) y Argao (1756). Con ahínco se dedicó a aprender, para mejor servirles, la lengua de sus parroquianos, y así compuso el Arte de la lengua zebuaba, calificada por Santiago Vela como “obra fundamental y maestra para el estudio del bisaya-cebuano, y que en ninguna otra se encuentran desarrollados con mayor amplitud los diversos temas a que se presta la enseñanza completa de tan difícil mecanismo como el que, en general, domina en los idiomas de Filipinas”.

Descansó en la paz del Señor en el pueblo de Opong el 14 de julio de 1760.

Obras de -:Arte de la Lengua Zebuana, Sampaloc 1804.

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J. Álvarez Fernández