Alonso de Méntrida (1574 - 1637)


Su nombre toponímico rinde honor a la villa que le vio nacer un 30 de marzo de 1574 y en el hogar de Alonso Luengo Jiménez, regidor y alcalde, y Juana Pérez Simal, quien murió a consecuencia del parto.

Tuvo como preceptor a su tío el presbítero Juan Luengo Jiménez, capellán. Fue novicio en el convento de Casarrubios del Monte, donde profesó en enero de 1591. Se alistó para las misiones de Oriente y zarpó del puerto de Sanlúcar de Barrameda el 30 de mayo de 1597. Tras dos años como conventual en Manila, pasó a Cebú como Lector del Estudio de Gramática, y con este título tornó a la capital manileña en 1603. Prioratos ostentó los de Panay (1607), Pasig en Visayas (1611), Bulacan (1617) y Bacolor (1620). En los órganos de gobierno de la Provincia comenzó como Definidor (1614) y Provincial (1623), elegido en un Capítulo en el que tuvo que personarse el Gobernador Alonso Fajardo de Tenza, y de cuya intervención nos dejó este testimonio: ‘Agora queda electo Provincial Frai Alonso de Méntrida, fraile pobre, bien intencionado, gran religiosso, y el que se á tenido por más a propósito para el estado de su Orden, cuya electión, sin ser mi amigo de familiaridad, sino sólo por la aclamación general de las demás Religiones y pueblo, me costó harto trabajo, porque no se endereçava a él el juego de su Orden y quien los encaminava sino a otra parte torçido’. La otra parte opositora era el arzobispo agustino Miguel García Serrano, quien intentaba colocar a su hermano Pedro en dicho cargo.

De los hechos más notables de su provincialato destacamos las reformas en el convento de Manila, haciéndole más funcional y la compra de haciendas para sustentarle con sus rentas. Entronizó la imagen de Nuestra Señora del Buen Suceso de Parañaque a la que el pueblo filipino tributaba gran devoción. Se dejó de enviar ministros al Maluco y se abandonó el curato de Cavite. Dejó bastante buen nombre en sus funciones como Provincial, aunque no le faltaron críticas desde Visayas por no haberlas visitado.

Al acabar su mandato se quedó en Manila, dedicado al estudio. Había sido Examinador de lengua visaya, y en esta lengua publicó varios libros que fueron de gran utilidad para la evangelización de los naturales. Entre sus producciones literarias descuella el Ritual en el que propone observar uniformidad de método en la misión. Si algún día llega a escribirse el modo y método de administración seguido por los agustinos, deberá ser tenida muy en cuenta esta obra.

Sobre la fecha de su muerte hay diversidad de opiniones. Nosotros compartimos el parecer de que murió en marzo de 1637 y que se le recordará por su saber y por su trabajo misionero en las provincias de Oton y Panay.

Obras de: Catecismo de Doctrina Cristiana en lengua bisaya, Manila 1627; Arte de lengua hiliguaina de la isla de Panay, Manila 1628; Ritual para administrar los Santos Sacramentos sacado casi todo del Ritual Romano, i lo demás del Ritual Índico. Con algunas advertencias necessarias para la administración de los santos Sacramentos. Con una declaración sumaria de lo que las Religiones Mendicantes pueden en las Indias por Privilegios Apostólicos, los quales se traían a la letra, Manila 1630; Bocabvlario de lengva bisaia, hiligveyna y haraia de la Isla de Panai y Sugbu, y para las demás Islas, Manila 1637.

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J. Álvarez Fernández